Mitos y verdades

Falso. Un artículo que aseguraba esta relación directa generó escándalo en los noventas. Pero, con los años, no se encontró evidencia científica real sobre el tema.

Falso. Aunque algunas vacunas contienen mercurio o aluminio en su composición, sus cantidades son pequeñas y no causan daño.

Falso. Luego de su creación, las vacunas son monitoreadas constantemente para comprobar su seguridad. Lo real son los efectos de enfermedades prevenibles como la poliomielitis y el sarampión.

Falso. Se ha comprobado científicamente que ponerle a los niños más de una vacuna no daña sus defensas.

Falso. Ninguna vacuna contiene este tipo de elementos. Aprovechamos para romper otro mito: la exposición a las redes 5G no provoca la enfermedad.

Falso.La vacuna inocula partes del virus tan pequeñas y debilitadas que son incapaces de contagiar a las personas. Se puede presentar fiebre o dolor de cuerpo después de inmunizarse, pero son parte de los efectos secundarios normales.

Falso. Estas vacunas no entran en el núcleo celular de las personas y no interactúan con el ADN.

Falso. Debido a la pandemia, se plantearon medidas especiales para la investigación médica y todas las vacunas pasan por las fases correspondientes.